martes, 1 de marzo de 2011

Capítulo 14

XIV
Narra Julia.

-          ¿Qué sucede contigo? –me increpó Michael al medio día del 14 de Junio.

No era para menos, llevaba todo el día sin decir palabra. Me encontraba sentada a pocos metros del pequeño arroyo, mirando el correr del agua cristalina sin prestarle verdadera atención. Estaba sumida en mis pensamientos y no era consciente de nada a mi alrededor. Mis pensamientos captaban toda mi atención, hasta llegar al punto en que no había notado que un fuerte dolor taladraba mi cabeza y que sentía mis miembros entumecidos y fríos.

-          ¿A qué te refieres? –dije volteándolo a ver mientras un gesto de dolor cruzaba mi rostro como un rayo.
-          No has dicho ni media palabra en todo el día. Tampoco has probado bocado. Estoy comenzando a preocuparme, Julia –dijo Michael al tiempo que caminaba hacia mí.
-          Pues no deberías. Un pequeño dolor de cabeza, es todo.
-          No te creo.
-          ¡Por favor, Michael! –sus manos comenzaron a recorrer mi rostro, posándose en mi frente y mejillas.
-          Julia, estás ardiendo. Tienes fiebre.
-          Estás exagerando… -me interrumpió colocando su delicado dedo índice en mis labios.
-          Ni una palabra más, señorita.

Intenté rebatir, pero fue inútil. Si bien no me sentía tan enferma, a Michael no le importó. Me recostó al pie de un gran árbol cuya sobra parecía extenderse infinitamente, empapó mi rostro y mis ropas con agua, y se sentó a mi lado.

-           ¿Y bien? –dije con una media sonrisa mientras me acurrucaba contra él en busca de calor -¿No me vas a cantar una canción?
-          No. Hoy te voy a contar un cuento… –una chispa de una casi ridícula infantil emoción se encendió en mi corazón. Hacía mucho tiempo que nadie me contaba un cuento. Me sentí de nuevo la niña que una vez fui.
-          ¿De verdad? –pregunté al borde de la euforia.
-          ¡Claro que sí! ¿Quieres escuchar el de Peter Pan?
-          Apuesto a que es el único que te sabes –le mostré la lengua en un travieso gesto.
-          Deberías dejar de apostar, pequeña. Siempre gano yo…
-          Deberías dejar de presumir, Michael –dije impaciente. –Ahora comienza.

Michael se aclaró la garganta con toda la seriedad del mundo y comenzó:

-          “Todos los niños crecen, excepto uno. No tardan en saber que van a crecer, y Wendy lo supo de la siguiente manera…”

Nunca había escuchado Peter Pan, y la narración de Michael me tenía absorta. Escuchaba casi hipnotizada su melodiosa y aterciopelada voz, que lograba que todas y cada una de las murallas que había construido en torno a mi cansado y roto corazón se cayeran a pedazos. El sonido de su voz acariciaba al ambiente con la suavidad de un pétalo de rosa, y con la fuerza destructora de un tornado. Escuchaba su voz embelesada, poniendo atención a cada palabra que brotaba de sus labios. Me convencí en ese instante de que escucharía atentamente a cualquier cosa que dijera, así estuviera leyendo la lista telefónica.

Escuchaba con total atención, imaginando cada momento, sintiendo cada emoción e introduciéndome en el cuento totalmente. Me enamoré de la historia de Peter, Campanita y Wendy, y desde ese momento, Michael me la contaba cada vez que así se lo pedía. Supe que Michael se identificaba con la historia desde aquella primera vez que me la contó. La inocencia, los interminables juegos y las eternas risas ponían a Michael en evidencia: era todo un niño en su corazón.

-          “… y así seguirán las cosas, mientras los niños sean alegres, inocentes e insensibles.” Fin –Michael tomó aire y me miró con una alegre sonrisa en el rostro, gesto que tocó hasta las más profundas fibras de mi roto corazón -¿Qué te pareció, pequeña?
-          Hermoso –honestamente, no sabía si lo decía por la historia o por el bello y casi irreal espejismo que tenía frente a mí.
-          Sabía que te gustaría. ¿Te sientes mejor ahora?
-          Absolutamente –asentí.

Miré a mi alrededor y el paisaje consiguió dejarme sin habla una vez más. Diminutos haces de luz se abrían paso entre las densas nubes del cielo y se colaban entre las hojas de los árboles, iluminándolo el lugar con un casi imperceptible toque mágico. Los altos y siempre verdes árboles parecían poder tocar las nubes, y sus largas ramas servían de hogar a infinidad de aves, que alegraban el lugar con su armonioso canto. A pesar de que un fuerte viento golpeaba fuertemente la isla, moviendo violentamente las ramas más débiles y creando enormes ondas en el agua cada vez más turbia, si Michael me tenía entre sus brazos, el día no podía ser más hermoso.

-          ¿Qué pasa? –a mis espaldas, Michael comenzó a retorcer juguetonamente las marcadas ondas de mi cabello.
-          Nada. Quería grabar esto en mi memoria. Todo esto tal como está. El agua, los árboles, las aves, y tú. Esto no va a ser fácil de olvidar.
-          Espero nunca lo olvides. En el futuro, te recordaré siempre así, tal como estás ahora, aún cuando todo el tiempo estés conmigo. Hayvenhurst te encantará, ya verás, tenemos un patio enorme y…
-          Espera. Repite lo que dijiste –mis ojos se abrieron como platos y no pude evitar terminar mirando a Michael boquiabierta.
-          Tenemos un patio muy grande con fuentes y árboles…
-          No. Michael, detente. ¿Qué estás diciendo? ¿Acaso te refieres a…? ¡Yo no puedo ir a vivir a tu casa! –la cabeza me daba vueltas.
-          ¡Claro que puedes! Y lo harás. Yo no puedo permitir que sigas sufriendo así en tu casa. No puedo dejar que sigas viviendo ese infierno. Cuando nos saquen de aquí irás a vivir conmigo –dijo de una manera casi insoportablemente terminante.
-          Michael, no puedo. No puedo dejar mis estudios, aún me falta un año para terminar. Además, mi padre…
-          Tu padre ya te ha causado suficiente sufrimiento, ¿no lo crees? Además, ésta será tu decisión, no la de él. ¿Acaso no quieres venir a Los Ángeles conmigo?
-          Sí, pero…
-          Entonces, en cuanto hayas terminado tus estudios, vendrás a Los Ángeles conmigo, vivirás en Hayvenhurst, estudiarás en la Universidad de Los Ángeles… -continuó esbozando sus planes en el aire hasta que lo interrumpí.
-          Michael, agradezco mucho que te intereses en mí, pero si voy a ir a Los Ángeles, será bajo mis condiciones. –comencé a numerar con los dedos –No podrás pagarme la universidad. No podrás hacerme grandes obsequios cada vez que te den ganas. Pero lo más importante, tienes que prometer que nunca me dejarás sola si voy contigo. ¿Lo prometes?
-          ¡Qué petición más ridícula! Claro que lo prometo. –declaró firmemente, y entonces estrechamos las manos. El pacto estaba hecho. 

Nuestras manos se cerraron mientras todo mi mundo giraba descontroladamente frente a mis ojos. Todo estaba cambiando. Una vez más, todo sería diferente para mí. Dejaría todo cuanto conocía y me vería obligada a enfrentarme a una realidad distinta. Tendría que aprender a adaptarme a una vida completamente diferente. Michael me ofrecía liberarme del sufrimiento... ¿Pero podía realmente hacerlo? ¿Podía asegurarme que dejaría de sufrir? El único consuelo con el que contaba era que no estaría sola. Michael estaría a mi lado. Siempre estaría a mi lado. Sabía que, junto a él no habría nada que temer. Junto a él, el miedo y el dolor se esfumarían, siendo reemplazados por alegría, risas, juegos y una eterna inocencia. Junto a él, viviría por siempre en Nunca Jamás.

6 comentarios:

  1. Hola!, llevo leyendo tu nove desde ayer, y ya me he puesto al día... ¿Que puedo decirte?... TE FELICITO, es que, tienes una hablididad al escribir que es.... impresionante. Me encantó tu forma de escribir.

    Por otra parte, este capítulo me encantó... es mas... se me hizo corto! OMG, Michael es... impresionantemente tierno, tan lindo preocupándose por Julia :33

    Sigue pronto!

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  2. QUE ME HA ENCANTADO *-*
    Síguela, síguela ya!

    Eres muy buena escribiendo! Te felicito :)
    Espero que la sigas pronto si?

    Cuidate mucho Julia!
    Un besote.
    Adiós!


    pd: Espero tenerte por mi blog :)

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  3. esto es sumamente hermoso no podria ser mas encantador tu manera de describir las cosas... creo que ya te lo habia dicho me encanta tu novela y por sobre todo la magica ilusion que desencadena el leerla... sigue mi adita encerio me encanta, espero el proximo capitulo!!! con amor Magali

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  4. Awwwwwww, TERNURA PURA!!!!!!!!! LO AME!!!!!

    Amo tu trabajo Julia, en serio.

    Te mando muchos besos!

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  5. lo ameeee!!!! llevo leyendo tu nove hace tiempo pero recien ahora comento XD igual, me encanto este capi.... porfa siguela pronto!!!! :D

    besos!! <3 <3 <3 <3

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  6. Nueva lectora! Enhorabuenaa, me encantaaaa!
    Una de las mejores historias que he podido leer nunca.
    Espero que pronto den el paso (;
    Un beso , Paola :)

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