viernes, 11 de febrero de 2011

Capítulo 5

V

Las lágrimas continuaban cayendo como lluvia por mi rostro, y continuaron haciéndolo por mucho tiempo, de pronto, Michael soltó mi mano, se levantó y comenzó a caminar con dirección desconocida, regresó tiempo después del lado opuesto por donde se había ido.

-          En esta maldita isla no hay nadie más. Sólo nosotros –dijo al parecer bastante desilusionado.

Después de eso, un silencio sepulcral nos invadió, creando una muralla entre nosotros.

-          Basta –la voz de Michael rompió el silencio –Ya no puedo seguir con esto. No puedo seguir viéndote así. La vida sigue, y nosotros también tenemos que seguir. Tenemos que seguir adelante, dejar atrás este dolor y no perder la esperanza. Saldremos de aquí, te lo prometo.
-          Pero… ¿cómo…?– mi tristeza había dado paso en un segundo a la rabia. ¿Cómo podía ser tan ingenuo? -¿Cómo no perder la esperanza? ¡Míranos! Estamos solos, en una isla desierta, en este pedazo de infierno, en medio de la nada. Si ese accidente no acabó con nosotros, esta isla lo hará.
-          ¿Y qué quieres hacer? ¿Quedarte ahí sentada, gastando tus lágrimas, muriendo de hambre, sola? ¿Eso quieres?– Michael me miraba con unos ojos llenos de desesperación, que intentaban hacerme creer.
-          No– contesté con un hilillo de voz después de unos cuantos segundos.
-          Bien. Entonces cambia esa cara.  Tenemos mucho que hacer, está por anochecer, además, ya ha parado de llover– dijo mientras secaba las lágrimas que aún quedaban en mi rostro.
-          ¿Qué?– dije mientras veía incrédula a Michael ponerse de pie.
-          ¿Acaso quieres dormir ahí? –me miró con rostro divertido.
-          No –respondí, sin poder creer que él pudiera siquiera pensar en sonreír en un momento como aquel.
-          Eso creí -comenzaba a irritarme la actitud de Michael.

¿Acaso no se daba cuenta de la situación? ¿Acaso pensaba que estábamos tomando unas vacaciones? ¿Qué no le importaba lo que pudiera pasar de ahora en adelante? ¿Y qué si nadie venía por nosotros? ¿Qué si a uno de los dos le pasaba algo? ¿Acaso eso era algo como para tomarlo a la ligera? ¿Podía reírse uno de algo como aquello?

No podía concebir la idea de poder reír en aquel momento. Nuestro destino había cambiado por completo, y, al menos yo, no tenía ni la más mínima idea de qué hacer a continuación.

Al parecer, Michael tenía una idea muy clara de lo que quería hacer. Me puso a buscar leños, ramitas y hierba seca mientras él movía algunos troncos que, según él, nos servirían de asiento.

-          Y bien, Señor Robinson Crusoe, exactamente… ¿con qué planea usted encender esta fogata?
-          Pues, exactamente, con esto –dijo mientras me mostraba un par de rocas como si fueran un trofeo. Puse los ojos en blanco, pensando en jamás lo lograría.
-          ¿De verdad piensas que prenderás una fogata con eso? –dije escéptica.
-          Por supuesto. Si nunca has acampado al aire libre no entiendes nada sobre el arte de encender fogatas –dijo mientas se arrodillaba, chocaba las rocas unas cuantas veces y en cuestión de unos segundos, conseguía fuego, aplastando mi orgullo.  

Me miró triunfante y con una sonrisa en el rostro se sentó en un tronco. Yo, de mala gana, lo imité.

-          ¿Sabes? –dijo mirándome fijamente –Eres bastante extraña. Otras chicas se habrían puesto a gritar de emoción si fueran tú. En cambio, tú te enojas.
-          ¿Disculpa? –casi grité, dejando atrás la tristeza en mi corazón y la timidez que me envolvía -¿Crees que por el simple hecho de que eres “Michael Jackson” mi situación mejora? Pues, perdona que te decepcione pero, no cambia nada. De hecho, podrías ser Freddy Mercury, Paul McCartney o la mismísima Reina Isabel y estaría igual.
-          Disculpa, pero creo que mi familia ya debe haberse dado cuenta de mi ausencia. Por lo tanto, te aseguro que en menos de 3 días estaremos en casa. Si yo fuera cualquier otra persona…
-          ¡Si tú fueras cualquier otra persona te aseguro que también estarían buscándote! –comencé a exagerar mis ademanes, estaba realmente enfadada. –Pero como eres “Michael Jackson” y eres claramente superior a todos, mañana mismo saldremos de aquí, ¿no?
-          No quería…  -intentó disculparse, pero volví a interrumpirlo.
-          No querías decir eso. Pero yo sé que esa era tu intención. Eres igual a todas las celebridades: engreído, presuntuoso y con complejos de superioridad –paré en seco. Había ido demasiado lejos.
-          Mira, podrás estar muy enojada, pero eso no te da el derecho de hablar así de mí. Tú no me conoces –dio en el blanco, pero no me quedaría callada.
-          ¿Y tú si me conoces?
-          Sí. Eres impulsiva, te enojas fácilmente, eres difícil de tratar. Pero también eres tímida, valiente, sensible y muy dulce, incluso cuando te enojas –dijo, destruyendo con esas palabras mis prejuicios contra él –Además, cuesta mucho sacarte una sonrisa.
-          ¿Cómo sabes eso? –dije frunciendo el ceño, aunque sabía que tenía toda la razón.
-          Tu mirada me lo dice. Es triste y transmite soledad –al parecer le debía una disculpa, él había visto más allá de mi rostro, había visto en mi interior, algo que nadie había hecho nunca.
-          Michael, yo… te debo una disculpa. No debí decir eso de ti. Fui demasiado lejos. Perdóname, por favor.
-          No te preocupes. De hecho, eres la primera persona además de mis hermanos y mi padre, que se atreve a encararme así. Me hiciste ver que lo que dijiste quizá es cierto. Son adjetivos que nadie había usado contra mí nunca.
  
Tenía ganas de decirle que nada de lo que dije era cierto, pero ahora fue él quien me interrumpió.

-          ¿Sabes? –dijo nuevamente mirando al fuego –No sé nada de ti, ni tu nombre. Cuéntame de ti.
-          Bien… ¿qué quieres saber? –lo miré algo intimidada. No era buena para hablar de mí misma.
-          ¡Todo! –sonrió –Ya que estaremos aquí por… -se detuvo un momento –un tiempo indeterminado, quiero saber todo de ti. Empezando por tu nombre.
-          Bien. Me llamo Julia. Julia Gonnet.
-          Vaya, ¿Eres española?
-          No. Soy mexicana.
-          ¿Qué hacías en España entonces?
-          Quería… escapar, por decirlo de una manera. Las cosas en mi casa no marchan del todo bien. Tengo familia en España y decidí pasar una temporada con ellos, para huir por un tiempo de los problemas. –bajé la vista, ocultándome del escrutinio de Michael.
-          ¿Qué problemas? –preguntó curioso.
-          Es… complicado. Creo que en mi familia hay de todo un poco. Mi madre… murió cuando yo nací. Y mi padre, no es exactamente la mejor persona sobre este planeta. Es casi un extraño para mí. Pero no quiero hablar de esto ahora.
-          Te entiendo, más de lo que te imaginas –comenzó a juguetear nerviosamente con una varita, lo que me hizo pensar que al él las cosas tampoco le iban bien -¿Cuántos años tienes?
-          15
-          Vaya, yo tengo 16. Sólo soy mayor que tú por un año. ¿Cuándo cumples 16?
-          En septiembre. El 14 de septiembre.
-          Mi cumpleaños es el 29 de agosto, pero no importa, no estoy acostumbrado a celebrarlo.

Calló por un momento, y creí que el interrogatorio había terminado, pero me equivocaba.

-          ¿Te gusta leer? –preguntó, cambiando el tema súbitamente –Noté que leías en el avión.
-          Me encanta leer. Amo los romances y las novelas históricas.
-          ¿Te gusta bailar? –preguntaba las cosas sin darme tiempo de responder bien.
-          Sí. Aunque no soy la mejor bailarina del mundo, tampoco soy un desastre.
-          ¿Cantas?
-          No. Definitivamente no.
-          Vamos, yo sé que sí. Tienes una voz muy bonita. Seguro cantas de maravilla –dijo, y se sonrojó, haciendo que yo también me sonrojara.
-          No…
-          Por favor –me interrumpió.
-          De acuerdo –accedí después de pensarlo mucho –pero no te rías.
-          Lo prometo.

Me detuve a pensar qué cantar, con una punzada de nerviosismo en el estómago, cerré los ojos, incapaz de mirarle mirándome, respiré hondo y comencé a cantar Never can say goodbye. Cuando terminé, abrí los ojos y me encontré a Michael con la sonrisa más grande del mundo en su rostro, respiré aliviada.

-          Me encantó.
-          ¿En serio?
-          En serio. Cantas muy bien.
-          Pues, gracias.

Continuó haciendo preguntas, dándome apenas tiempo para responderlas. Me preguntó todo. Cómo era mi casa, si tenía hermanos, quiénes eran mis mejores amigos, qué planeaba estudiar, en resumidas palabras, nada superficial. Al parecer, no estaba interesado en saber cuál era mi animal o mi color favorito. A él le interesaba mi vida, y eso me desconcertaba, ya que nadie había mostrado tal interés en mí. Nunca.

 Cuando su extenso interrogatorio terminó, se levantó, agregó más ramas secas al fuego y se recostó boca arriba en la arena, observando detenidamente las estrellas.

-          Buenas noches, Michael –dije.
-          Buenas noches, Julia.

Pensando en todas esas cosas de las que había hablado con Michael, derramé mis últimas lágrimas, pero algo interrumpió de lleno mi llanto: el llanto de Michael, que lloraba silenciosamente su propia tragedia. En ese momento me dí cuenta de que Michael no era tan fuerte como yo había creído, y me hice la promesa de ser fuerte yo, para así, darle a él las fuerzas que necesitaba.

Me prometí ser la alegría en su vida, la luz en su camino, la fuerza en su andar, me prometí ser quien pusiera una sonrisa en su rostro y la vida en sus ojos todos los días, ser quien lo levantara cuando cayera, quien palmeara su espalda para animarlo, quien secara sus lágrimas, quien llorara con él. Ser la mejor amiga que pudiera encontrar jamás.

4 comentarios:

  1. ME GUSTOO... SIGEE RAPIDOO !! :)

    bY: jaaviera

    ResponderEliminar
  2. Hola! Nueva lectora!

    me gusto mucho el final, tuvo mucho sentimiento! me ha encantado.

    Espero lo actualizes pronto quiero seguir leyendo.


    Por cierto me encantaria tenerte por mi webnovela "Reflexiones de una Pasion"


    Espero te guste lo hago con mucho cariño igual que las otras escritoras

    http://neniiithajacksonmurmulloindescreto.blogspot.com/

    Hay esta la direccion espero verte por allah!

    Gracias y actualiza pronto =)

    ResponderEliminar
  3. Ay Julia! Amo la forma en que transmites sentimientos! Lo juro!

    Como siempre, un verdadero placer leer este capítulo!

    Muchisimos besos!

    ResponderEliminar
  4. ¡Gracias chicas! A todas las que se han tomado el tiempo de comentar muchisimas gracias. Su opinion es muy importante para mí.

    Espero poder subir el siguiente capítulo en las proximas horas, aunque no aseguro nada.

    De nuevo, gracias y muchos besos!

    ResponderEliminar

Ya leíste la historia, ya eres parte de este mundo.

¡Escribe un comentario!

No dejes que muera la magia...